jueves, 30 de octubre de 2008

POLISEMIA DECADENTE (IV)

bajar: Reemplaza en el habla coloquial a la voz “descender”, que cayó en desuso; y a “disminuir”, que mantiene un uso residual. Así: Si no anda el ascensor vas a tener que bajar por la escalera; y tanto se dice este año bajaron los accidentes como este año disminuyeron los accidentes.

Beber todo el contenido de un recipiente. Se bajó la mamadera entera.

Valer menos dinero un producto cualquiera. Bajó la carne, ya era hora; igual no te preocupes que va a volver a subir.

Ir a la planta baja del edificio en que se vive. Ya bajo.

Descender en un escalafón. Me bajaron a asistente de tercera; antes era de segunda.

Derribar, en sentido violento. Te juro que si no me contesta, voy a la casa y le bajo la puerta a golpes; vos no me conocés a mí.

Derribar un boxeador a otro, o una persona a otra en una riña: Lo bajó de un trompazo.

Cumplir gran parte de una tarea realizada a destajo. Mirá la cantidad de pantalones que ya te bajaste: avisame cuando termines que si querés te hago dar más.

Llevar algo hacia un lugar que se encuentra más abajo, en especial en un edificio. Me olvidé de bajar el último recibo de expensas, que quería que lo miraras porque me parece que hay algo raro.

Matar. A ése lo bajó la policía.

Matar a un animal ubicado en posición superior respecto del ejecutor. El gato te lo voy a bajar de un tiro, si sigue rompiendo las pelotas a la noche.

Elpsis por “disminuir el peso del cuerpo”. No sé, yo sí te puedo decir que yo con esa dieta bajé; lo que pasa es que después, sí, comí, pero en su momento, a mí me resultó.

Dicho en un restaurante, alcanzar el camarero una de las botellas de vino que suelen exhibirse en estantes elevados. La expresión denota cierta confianza o habitualidad entre el comensal y el personal del local. Carlitos, bajame un Bianchi... ¿y si no, qué tenés?

En una experiencia turística, dirigirse hacia el sur. Empezamos por Maceió y después fuimos bajando y parando en todos lados hasta que nos tomamos el avión de vuelta en Florianópolis. Tengo ganas de bajar por la cuarenta hasta Ushuaia y después volver a subir por la tres.


En fútbol, provocar un equipo, a través de un resultado adverso, la pérdida del primer puesto en el campeonato respectivo. San Lorenzo lo bajó a Racing, que empató.

En el mismo deporte, dejar un equipo a otro fuera de la competencia: Desde que el Cali lo bajó de la Libertadores, River no volvió a ganar.

bajarse: Abandonar el grupo con que se realizaba una actividad o se desarrollaba un proyecto. El que quiera, se puede bajar cuando quiera; ya se bajó Benítez y se bajó Ricky... pero tengan en claro que el que se baja es muy difícil que vuelva.

bajar abajo: Pleonasmo por “bajar”. Decile a Lucas que baje un poco acá abajo que le tengo que decir algo.

bajar de cartel: Finalizar la exhibición de una obra teatral o cinematográfica; en especial, antes del momento previsto o anunciado. Tuvieron que bajar de cartel eso de los patinadores porque con lo caro que estaba la entrada no iba nadie.

bajar de internet: a.- Ingresar en una computadora datos obtenidos de la Internet. Internet te sirve para bajar muchas cosas. b.- En especial, se dice de los temas musicales o películas que se obtienen ilegalmente de la Internet. El tipo vende películas bajadas de internet como si nada, en pleno Alem y Corrientes.

bajar de marca: Adquirir un producto de reconocida marca inferior respecto del que se tenía o deseaba. En especial se dice en relación a los automóviles. Ahora con el crédito de la casa, que vendimos el Corsa para entrar, nos vamos a comprar también un autito, pero lo que sí es que tenemos que bajar de marca para que nos alcance. Si se adquiere un producto más barato de la misma especie, la expresión cambia a bajar de modelo: No sé si te conviene tanto bajar de modelo, porque en definitiva después el valor de reventa no es el mismo: por ahí te conviene hacer el esfuerzo ahora y tener después algo mejor para vender más adelante.

bajar de peso: Disminuir el peso del cuerpo. Tengo que bajar un poco de peso, salir a caminar.

bajar del auto: Salir del automóvil. Ayudala a bajar del auto a la abuela y después vení que tengo que darte algo para que me hagas.

bajar el fuego: Disminuir la intensidad del fuego de una hornalla. Bajale un poco el fuego que se te va a hervir. Si se trata de la del horno, se dice bajar el horno: Voy a bajar un poco el horno porque todavía falta que lleguen Sofía y los chicos.

bajar el nivel: Perder calidad un servicio o producto cualquiera, respecto de los que se comercializaban antes. La pizzería de acá a la vuelta viene bajando el nivel: lo que pasa que ¿cuánto está el kilo de muzzarella


bajar el nivel de vida: Perder poder adquisitivo en los ingresos y resignar la compra de productos y servicios que antes se consumían con habitualidad. A mí no me molestaría bajar un poco el nivel de vida con tal de tener una casa más grande.

bajar el record: Expresión de raigambre periodística utilizada para denotar el hecho de que un deportista ha marcado un nuevo record. Por extensión, y algo irónicamente, realizar una actividad en forma rápida y eficiente. El nigeriano bajó el récord después de veinte años. Bajé el record de bajar de peso: bajé seis kilos en siete días. ¿No me hará medio mal?

bajar el techo; bajar el cielorraso: Construir un nuevo techo debajo del existente, de modo de disminuir la altura de la habitación. A mí no me gusta techos altos, además es muy frío; por eso ya hablamos con un tipo que me recomendó mi cuñado, que por cincuenta pesos el metro cuadrado te baja todos los techos que vos quieras.

bajar el volumen: a.- Disminuir el volumen de un equipo de audio o del televisor. Bajale un poco el volumen que aturde. b.- Disminuir la intensidad de la voz. Chicos, bajemos un poquito el volumen que Chiara está durmiendo, por fin. Su expresión sinónima es hablar más despacio.

bajar la caña: a.- Copular. A ésta el día menos pensado le bajo la caña y se le va a dibujar una sonrisa en la cara que vas a ver. b.- Matar a un animal o a un hombre. Le bajó la caña de un tiro; ése no jode más.

bajar la comida: Realizar una acción que se cree favorable para mejorar la digestión, como caminar, jugar un partido de fútbol, etc. Después para bajar la comida nos fuimos a caminar hasta los morros ida y vuelta.

bajar la frazada: Sacar la frazada del ropero al llegar la época de frío. Ayer tuve que bajarme la frazada del frío que hacía.

bajar la música: Disminuir el volumen de un equipo de audio. A ver, bajen un poco la música que acá no se puede hablar.

bajar la persiana: a.- Cerrar hasta el día siguiente un local comercial. Justo iba a bajar la persiana... ¿qué necesitás?. b.- Cesar definitivamente la actividad comercial de un local. Yo después de esto bajo la persiana y me dedico a otra cosa, no sé, pongo la guita a laburar en algún lado, no sé, cualquier cosa menos esto. c.- Se articula al manifestar coloquialmente la decisión de no tener más hijos. Y con Tiziano te digo que ya bajamos la persiana... no, no podemos y no queremos tampoco, con dos ya está.

bajar la velocidad: Disminuir la velocidad del automóvil. Bajá un poquito la velocidad, Roberto, que me pone nerviosa por Matías.

bajar línea: a.- En el lenguaje político o en el ámbito empresarial, emitir los estamentos superiores sugerencias que de hecho se consideran órdenes. Desde marzo que vienen bajando línea de que lleguemos diez minutos antes, no sé para qué. b.- Emitir imágenes o filtrar elementos discursivos con el fin de adoctrinar o convencer al espectador. En este sentido, la locución sólo es utilizada por la clase media que alimenta la llamada “universidad de masas”. Es increíble como todo el tiempo te bajan línea de que está bien lo que están haciendo en Irak; ¿no viste, por ejemplo, que el único médico que había era de ellos, y que los otros no sabían lo que era una inyección?

bajar los dientes; bajar todos los dientes: Sacar uno o más dientes a golpes en una riña. Se metió en Ciudad Oculta no sé para qué, y encima que lo afanaron, le bajaron todos los dientes: le salió más caro de dentista que lo que le afanaron. te voy a bajar todos los dientes: Amenaza de golpear. Más vale que te vayás porque te voy a bajar todos los dientes, hijo de puta. Haceme caso, andate.

bajar mercadería: Entregar la mercadería acordada, acarreándola desde el camión en que se halla hasta el interior del local del comerciante que la adquiere. El chino se hace el pelotudo, ¿viste? pero yo ya me cansé: ahora le digo: "si no pagal antes, yo no bajal melcadelía, ¿entiende, no?" No sabés cómo te entienden.

bajar números de pantalón, camisa, remera, etc.: Expresión de índole pragmática por "adelgazar". No sabés, Roberto de marzo hasta ahora bajó cuatro números de pantalón y dos de camisa: las camisas que usaba cuando llegamos de Buzios ya le quedan enormes.

bajar por atrás; bajar por la puerta de atrás: Descender del colectivo por la puerta trasera. Si te llegan a atropellar tenés que bajar por atrás, porque si bajás por adelante no te paga ni el seguro ni en un juicio capaz que lo perdés.

bajar un, dos, etc. puestos: Descender en un escalafón o tabla de posiciones. Con el empate, el Inter bajó dos puestos por la goleada del Genoa frente al Cagliari y ahora se ubica en el cuarto lugar.

bajar un cambio: a.- Locución de índole automovilística que denota disminución del ritmo o intensidad que se lleva en una actividad cualquiera. Tengo que bajar un cambio con el laburo porque así no voy a llegar a fin de año. b.- ¡bajá un cambio!: Amonestación que se dirige a quien se expresa en forma altisonante, irrespetuosa o altiva. Es una racionalización del grito animal de defensa. Por empezar bajá un cambio, que si no gritás te escuchamos igual, eh.

bajar un tono: Durante el período de acondicionamiento del hogar, aclarar levemente el color de la pintura que se aplicará en las paredes. Me parece que habría que bajarle un tono a la pieza de Nicolás, ¿vos qué pensás? Se dice también del tono aplicado al cabello teñido. No es que me puse rubio rubio, me bajé uno dos tonos, nada más. Te queda bien.

¡bajate de ahí!: Expresión con que los padres conminan a los niños para que bajen de donde se treparon. ¡Lucía, por favor, bajate de ahí que no queremos más desgracias, por favor te lo pido...! -Mamá, mirá dónde se subió Agustín. -¡Bajate de ahí! Bajate de ahí ya, cuento hasta tres.

no bajar de: a.- No ser menor que. En Brasil la temperatura no te baja de treinta, cuarenta grados. b.- No tener un precio menor que. Los Gitanes importados no te bajan de veinticinco, treinta pesos el paquete.




 (Del Diccionario de la Clase Media Porteña, de incierta aparición)


Consulte Ud. también las siguientes voces: pasar , largar, sacar.

miércoles, 29 de octubre de 2008

SI LOS PUEBLOS NO SE ILUSTRAN



          Clarín es la clase media, crea y modela los comportamientos de la clase media victimizándola desde sus frentes más vulnerables: hábitos de consumo, estándares de apreciación, legitimación de las relaciones cuentapropistas o en relación de dependencia, valoración del automóvil, mística de la familia que trabaja, come y tiene un techo y muchos otros.

          Habla como los decadentes que lo compran, generando así una retroalimentación viciosa que reduce la percepción de las cosas del mundo y del mundo de las cosas. Promueve, además, el despliegue de una jerga alejadísima aun de los claustros primarios y secundarios, que los leyentes han adquirido antes como código de pertenencia, lo mismo que sucede con el habla delictiva o policial, que se adquieren antes de delinquir.

          En esta oportunidad, sostiene que las Bolsas (con ¡mayúscula! como cuando el lego escribe "ayer fui al Doctor") subieron "fuerte" (palabra que no denota fuerza, sino cantidad, aunque halla su origen en la locución andar fuerte referida a la velocidad del automóvil). Sin embargo, "acá" (¿dónde?) el dolar "tocó" (¿qué?) $ (enorme) 3,36.

          Para que la clase media tolere esta noticia que prenuncia una segura catástrofe electrodoméstica e hipotecaria, la ha rodeado de buenas nuevas: hacia arriba, se sostiene que los mercados mundiales se han "aliviado"; a la derecha, nada menos que Diego Maradona DT ("Director Técnico", y siglas de un juego masivo que promueve el periódico al que se ha aficionado el noventa por ciento de la clase media) de la Selección Nacional de Fútbol (sí, mayúsculas, pues el flamante cuerpo dirigencial pertenece ahora a una generación campeona del Mundo). Hacia abajo, una escritora aficionada arquetípica a la que el diario ha laureado con un premio nacional de novela: su obra ganadora se titula "Perder" (paradojas de la vida de todos los días) y su argumento desanda las desventuras del dolor de una madre que perdió a su hijo. Por lo demás, la presidenta (Cristina, como las cercanías vecinales) acaba de elogiar, según el horroroso santo y seña del estamento, la acción policial, en desmedro de la amnesia y despreocupación de los jueces que dejan a todos los chorros y asesinos sueltos.


          Si los pueblos no se ilustran -predijo Mariano Moreno-, si no se vulgarizan sus derechos, si cada hombre no conoce lo que vale, lo que puede y lo que se le debe, nuevas frustraciones sucederán a las antiguas; y después de vacilar algún tiempo entre mil incertidumbres, será tal vez nuestra suerte mudar de tiranos... sin destruir la tiranía.

          Hoy la tiranía son ellos, los lectores, los que nos rodean. Nada menos que el prójimo.

lunes, 27 de octubre de 2008

DEL AMOR Y OTROS DEMONIOS


          Yo no soy católico ni ninguna otra cosa, pero creo que uno de los cometidos más imposibles de lograr es el que Cristo ordenó a sus coetáneos bajo la frase "Amarás a tu enemigo".

          Amar al enemigo, en las condiciones actuales de perdición y decadencia, y dado el reducido status que alcanza en la percepción universal el semejante, es inviable. Pareciera que, además, fuera injusto; pero no: es la misión más difícil que compete al ser humano. Amar al prójimo como a uno mismo, incluso a nuestros enemigos. Según la leyenda, Cristo amó a los que lo condenaron y lo crucificaron.

          Para dar un ejemplo contrastante, el brocardo le impondría a los judíos de la Alemania nazi amar a toda la planta permanente de Auschwitz, Treblinka y todas sus temibles sucursales, y aun a su mentor Adolfo Hitler. A los negros robados por los traficantes y echados al mar con piedras en el cuello ante la presencia de un buque oficial inglés, amar a los traficantes. A los indios exterminados en el Potosí, amar a los españoles, y así siguiendo.

          A los habitantes de San Isidro, un enclave bonaerense de clase media y media-alta, cuyos ritos de pertenencia incluyen el ingreso de sus hijos a la comunidad cristiana, también les competía la manda divina.

          Sin embargo, en la marcha del domingo último contra la inseguridad, la totalidad del imaginario burgués y proto-burgués se dio cita para pedir, frente a la muerte de sus allegados, la muerte del prójimo.

          Concurrieron al evento asociaciones de defensa de la portación de armas, nucleamientos considerados parte sana de la población, un rabino y un sacerdote católico.

          Las arengas de tono mesurado, numerario y severo de los partidarios del encerramiento y exterminio de los desposeídos dieron pronto paso a la palabra del rabino, quien realizó serias disquisiciones acerca de la administración de los recursos del Estado en un modelo republicano: a su criterio, la democracia demanda día a día la segregación del violento y el despliegue de fondos a fin de prevenir con la amenaza de la muerte la defensa de la propiedad. El rabino fue aplaudido, y se vivó el nombre del intendente -que había propugnado el aumento del número de policías y la imposición de un Estado Parapolicial en derredor de la villa miseria más célebre del lugar- y el del falso ingeniero Blumberg, adalid de la autodefensa armada.

          El sacerdote católico, sin embargo, sin echar mano explícitamente del camino de la resignación, propuso sin temor a la represalia de los exaltados la contemplación del Otro y la piedad por el malo. Sostuvo que los valores cristianos alcanzaban también a los delincuentes. Todo hombre es mi hermano, enseñó, y agregó: todo asesino es mi hermano.

          La máxima excedió a la horda, que, a pesar de habérsele adoctrinado sanamente que debía mostrar la otra mejilla, exhibió en cambio su pasión más monumental, evidenciando una vez más -sin saberlo- las enseñanzas del San Pablo en el que ellos creen y yo no, como si las hubieran efectivamente aprendido de su última lectura a los doce años:


Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en mí. Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios; pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros (...) Así que yo mismo con la mente sirvo a la ley de Dios, mas con la carne a la ley del pecado” (Romanos 7:21-25).


          Y así, exaltando grotescamente esta dualidad que para todo cristiano es una falta, la turbamulta comenzó a proferir, frente a la prédica desértica del tentado, el apellido del nuevo carnero ungido, intentando cubrir con sus vivas y mueras el sermón: "¡Blum - berg, Blum - berg"! En tanto, el vicario exhortaba a una desconcentración pacífica, a regresar a las casas en actitud reflexiva; mas nada de eso era escuchado por los cristianos.

          El acto finalizó con la celebración de un minuto de silencio dispuesto por el rabino nueva ola; a los veinte segundos el tumulto, que deseaba gritar la inexistencia de otro prójimo que no fuese uno de los allí reunidos o sus muertos, reventó de entre sus miserias a través de un esforzado bastonero de la decencia, a quien se le dio por vociferar para las cámaras de todo el país, ya abducido por el fervor penitenciario: "¡Cárcel a los Kirchner!", que son nada menos que los presidentes de este país.

          Blumberg, al que la Nomenklatura política absorbió por no oponérsele, tomó finalmente el guante y entre los desgañitados citó a una nueva Marcha del Odio para el próximo 13 de noviembre, esta vez frente a la Casa de Gobierno.

          Ya venía sabiendo yo que la hipocresía es el homenaje que el vicio rinde a la virtud, y en aquel enroquecido aquelarre pude observar, una vez más, que todos, aun los que ven en el encarcelamiento de niños de doce años la solución a su concepción universal de calles despejadas, todos ellos están presos de culpa. No quise pensar qué hubiera sucedido si a cada uno de los manifestantes se lo hubiera provisto de una piedra.




          Más simple fue la reacción de los marginales que, aprovechando el descuido de los manifestantes y sin ninguna intención de disfrazar su esencia, mientras tanto fueron robando una panadería y cometiendo otras tantísimas tropelías contra la propiedad, que por supuesto, al día siguiente, fueron irradiadas por los mismos canales.

domingo, 26 de octubre de 2008

UNA ANÉCDOTA TEXTUAL


          "Escuchame lo que te voy a decir: el tipo adonde iba –pero te estoy diciendo en cualquier lado- adonde iba era un cleptómano. Entonces me lo llevo a Misiones, allá a la frontera con Paraguay, teníamos que ir a ver a un tipo...
          Él a su vez iba con otro, que entramos a un lugar y se roba una agujereadora. Un anormal.

          Buéh. A la noche vamos a una casa que decían que era de un contrabandista y vemos que está lleno de paraguayos tomando cerveza. Cerveza, cerveza... Pero te explico, cajones y cajones... Al costado hay una parrilla repleta de carne, achuras... de todo, pero vos veías que ninguno de los paraguayos se servía nada porque el tipo todavía no había llegado; y además que no había nadie que lo cuidaba.
          Nosotros, viste, veníamos del viaje, pero por respeto no nos servíamos nada, pero el cleptómano agarra y va y se sirve. Nada, ellos seguían entre ellos.

          Entonces al rato empiezan con un arpa... Yo le sacaba carne al cleptómano, cosa que cualquier cosa la carne me la había dado él. A la parrilla no me acercaba, ni yo ni el otro, el único que iba y venía era el cleptómano.... los paraguayos seguían dándole, se iban a buscar cerveza al fondo. Nosotros parecía que no estábamos.

          Y entonces un paraguayo empieza “Stroessner, Stroessner”. Otro por allá “Stroessner”, otro de allá “Stroessner”, uno no sé qué le dice a otro pero se calma en seguida; pero al rato empieza a volar una botella, una piña de acá, otros puteándose, todos en pedo se empiezan a pegar entre ellos, trompadas pero... trompadas, uno en el piso, otro arriba de la mesa... Empiezan a agarrar fierros, piedras, uno saca un revólver. Largamos el asado y ¡no teníamos por dónde salir!, porque estábamos cerca de la parrilla. Esperá. Terminamos saliendo por los tirantes. No sabés la cantidad de asado que había, el doble del que hoy hizo Tatín, más. Más.

          Yo le decía hijo de puta por qué no te robaste un vacío".



Fotografía: Diego Oriola para www.diegooriola.blogspot.com

miércoles, 22 de octubre de 2008

EL DATO (XII)



  • Para Jaspers, uno de los motivos que llevan al hombre a filosofar es el enfrentamiento con situaciones límite.


  • No es el caso de la clase media porteña, que sólo incursiona en rápidas y despreocupadas divagaciones cuando cree salvada la integridad de su ideario de logros (hijos-trabajo-casa-automóvil-familia sin enfermedades). En estos veloces diálogos, que suelen darse durante la sobremesa de los domingos y finalizar antes de las cuatro o cinco de la tarde -cuando por alguna razón las mujeres exigen el retorno a la casa- suele también concluirse que la verdad está en las pequeñas cosas de la vida.


  • Las situaciones límite que anota la clase media porteña son las siguientes:

                                  1) Muerte de un hijo propio.
                                  2) Pérdida del empleo por despido.
                                  3) Debacle de la economía nacional.
                                  4) Choque del automóvil propio.


  • De ellas, sólo las dos primeras despiertan, pocas veces, la vocación por la lectura de algún librito de metafísica moderna, de esos que intentan formar certezas acerca del estado angélico y la continuidad de la vida después de la muerte.


  • Las dos restantes motivan en la clase media porteña la necesidad de lo que sus integrantes llaman "obrar con cuidado y con inteligencia", que en la práctica consiste en tomar apresuradamente decisiones de ventaja relativa respecto de sus semejantes, y a la vez en no dejarse embaucar por otros de su condición, de acuerdo con ciertos códigos de verdad callejera.

lunes, 20 de octubre de 2008

CONJUGACIÓN CLASEMEDIERA DEL VERBO PELEAR

          El efecto devastador provocado por la desidia clasemediera alcanza, quizás principalmente, al lenguaje y a su manifestación en el habla, cuya decadencia ruinosa conforma hoy –sin ninguna vergüenza- una de las posiciones más alejadas de la virtud que este estamento ha cultivado voluntariamente.

          Sin embargo, lejos de observar este fenómeno críticamente, la clase media porteña asume tales deformaciones como una jerga críptica que cree informante de cierto código de antropología superior, fuera del cual o se es muy ridículo o se es muy ignorante.

          El lamentable resultado emerge con despreocupado descaro entre la jungla auto-inferida de los vivientes de este estamento, que, estimulados por la ilusión de desempeñarse en ritmo subtropical beatificado por la edificación y el comercio, acentúan de todas formas su pertenencia a la cadena alimentaria; y tanto se trepan como monos al arbusto deshojado de sus ínfimos objetivos, cuanto se agazapan de modo carnívoro a la espera de la muerte o del descuido de algún otro a quien se ilusiona aventajar; todo ello resaltando con ímpetu precámbrico la importancia mística de sus crías y la vocación por el derecho al coito.

          Una muestra de estas elaboraciones proto-culturales –reflejos de la apresurada cosmovisión, de los despojos del presente y del desierto del futuro- es la conjugación de hecho del verbo pelear, de esencial significado en la lucha por la vida y en el afán personal de superación en relación al prójimo, con quien siempre este grupo social se encuentra en hipótesis de conflicto.

          A continuación, la ya asentada e irreversible aberración gramatical, con ejemplos de amena ilustración:



-Verbo PELIAR-

Tiempo: Ahora


Yo me peleo
Vos te peliás
Él se pelea
Nosotros nos peliamos
Ustedes se pelean
Ellos se pelean

Ejemplo: Vos ahora te peliás conmigo y estás en tu derecho, pero te digo que mañana me lo vas a agradecer.


Tiempo: Ayer

Yo me pelié /tuve que peliar
Vos te peliaste / tuviste que peliar
Él se pelió / tuvo que peliar
Nosotros nos peliamos / tuvimos que peliar
Ustedes se peliaron / tuvieron que peliar
Ellos se peliaron / tuvieron que peliar

Ejemplo: Y vos sabés que en la frontera nos tuvimos que peliar con el de Gendarmería, que no me quería dejar pasar dos botellas de "cashasha" porque decía que únicamente se podía pasar una y que la otra o la dejaba o tenía que pagar no sé cuánto de impuesto. Le dije no, querido, te la dejo, no te voy a dar un solo peso. Querían coimear, viste...


Tiempo: Mientras tanto

Yo me peliaba / estaba peliando / seguía peliándome
Vos te peliabas / estabas peliando / seguías peliándote
Él se peliaba / estaba peliando / seguía peliándose
Nosotros nos peliábamos / estábamos peliando / seguíamos peliándonos
Ustedes se peliaban /estaban peliando / seguían peliándose
Ellos se peliaban / estaban peliando / seguían peliándose

Ejemplo: ¿Viste? Mientras vos te peliabas con tu hermano yo ya terminé de hacer la comida. Ahora tranquilizate y comé.


Tiempo: Para entonces
(denota acción anterior al tiempo del relato)

Yo ya me había peliado
Vos ya te habías peliado
Él ya se había peliado
Nosotros ya nos habíamos peliado
Ustedes ya se habían peliado
Ellos ya se habían peliado

Ejemplo: Para cuando yo conocí a Florencia yo todavía no me había peliado definitivamente con Patricia, que hacía cuatro años y dos meses que veníamos saliendo y que incluso habíamos hablado alguna vez de vivir juntos.


Tiempo: Mañana / Hoy
(Aberración galicista del Futuro Imperfecto del Modo Indicativo)

Yo voy a peliarme
Vos vas a peliarte
Él va a peliarse
Nosotros nos vamos a peliar
Ustedes van a peliarse
Ellos van a peliarse

Ejemplo: Mañana me voy a tener que ir a peliar con el mecánico, que me hizo dejar el auto por una basura en el carburador. Si me sale con que tengo que cambiar el carburador o algo así, lo voy a cagar a gritos adelante de los empleados.


Tiempo: Suposición

Yo me habré peliado
Vos te habrás peliado
El se habrá peliado
Nosotros nos habremos peliado
Ustedes se habrán peliado
Ellos se habrán peliado

Ejemplo: Yo creo que, conociéndolo a Raúl, a esta altura ya se debe de haber peliado con la mitad por lo menos de los compañeros de trabajo que son los que no quieren dar la cara porque no sé qué pasó los otros días.


Deseo o Conjetura

Yo me peliaría
Vos te peliarías
El se peliaría
Nosotros nos peliaríamos
Ustedes se peliarían
Ellos se peliarían

Ejemplo: Quedate tranquilo que ella se peliaría con vos si tendría algo por qué peliarse. Pero quedate tranquilo que no tiene nada.


Orden

Peliate vos
Que se pelee él
Peliemos / Peliémosnos nosotros
Peléense ustedes
Que se peleen ellos

Ejemplo: Si vos querés hacer lo mismo que yo, andá y peliate vos con Escalevich como me pelié yo por el sueldo que gracias a Dios ahora tengo, pero no me hagas que yo lo tenga que encarar a Escalevich por algo que necesitás exclusivamente vos y que te va a beneficiar nada más que a vos. Y si no, buscate otro que vaya y se pelee por vos, porque yo puse mucho en esto y no pienso perderlo por una boludez que encima no me corresponde.


Hipótesis

Si yo me peliaría
Si vos te peliarías
Si él se peliaría
Si nosotros nos peliaríamos
Si ustedes se peliarían
Si ellos se peliarían

Ejemplo: Si yo me peliaría con vos para mí sería peor que para vos, porque la cosa es que yo te quiero y vos no.


Salvedad o Aclaración Sermonera

Que yo me haya peliado no significa que...
Que vos te hayas peliado no significa que...
Que él se haya peliado no significa que...
Que nosotros nos hayamos peliado no significa que...
Que ustedes se hayan peliado no significa que...
Que ellos se hayan peliado no significa que...

Ejemplo: Que nosotros nos hayamos peliado entre nosotros no significa que no tengamos dos hijos que necesitan un padre y una madre. Pero si vos no estás dispuesta y querés hacer tu vida, decime que yo ya mismo me llevo a Aldana y a Franco y te quito un peso de encima. Perdón, dos pesos de encima.




          Con seguridad existen peores males sobre la tierra. Sin embargo, sigue siendo saludable pensar hacia dónde nos conducen estos escombros, tan despojados de virtud que serían desechados aun en el empedramiento del camino del infierno.

jueves, 16 de octubre de 2008

¿EH? NO SÉ, NO ENTIENDO DE QUÉ ESTÁS HABLANDO

          Todo esfuerzo humano es objetivamente vano, a excepción de que sea aplicado a un fin.


          A su vez, todo fin humanamente proyectado es ilusorio, porque siendo una la naturaleza de los entes, su aplicación a fines diversos y aun opuestos importa la negación de un fin inmanente a cada una de las cosas; y ello así por aplicación del principio del tercero excluido.


          Entonces, también cuando el esfuerzo sea aplicado a un fin, será también objetivamente vano.


          Sin embargo, nada obsta a que en el mundo de la mecanicidad las cosas sucedan, y en eso, quizás, radique nuestra libertad, limitada a hacer suceder, sin ninguna trascendencia.



          Pero claro, todo esto lo digo yo, que no soy nadie.

miércoles, 15 de octubre de 2008

EL DATO (XI)

Uno pasa libremente por las metamorfosis más ridículas.




(Fuente: Soren A. Kierkegaard, Estadios en el camino de la vida).

sábado, 11 de octubre de 2008

EL DILEMA DEL PSICOANALISTA


          Dice el psicoanalista: "Usted debe entender -y en esa carencia radica su... grieta principal, el meollo de todas sus angustias- que el Otro, ese Otro que tanto busca, es imperfecto. El Otro está fallado, igual que usted. El prójimo está fallado".

          Esta afirmación incluye sin dudas al psicoanalista, circunstancia que conduce a la desorientación más extrema, pues ¿qué acción perfectamente terapéutica podría ejercer sobre mí quien reconoce su imperfección, aun su imperfección profesional, abarcada por sus omisiones de orden general?

          Da lo mismo que su intervención hubiera sido ésta: "Todo lo que estoy diciendo es falso", el muy famoso rótulo que provoca que ni siquiera ese mismo juicio sea verdadero, y que nos lleva a concluir que si es falso que lo que estoy diciendo es falso, entonces la frase "todo lo que estoy diciendo es falso" resulta verdadera, detalle que importa a su vez la falsedad de ese enunciado, y así hasta morir.

          En términos de honorarios profesionales, con seguridad el psicoanalista ha querido decir: "el Otro está fallado y yo también lo estoy, pero Ud. está más fallado que yo, y por eso viene a la consulta. La hipótesis de máxima es que salga Ud. tan fallado como yo, lo que sin dudas importa una falla menor que la que padece la mayoría".

          Y así siguiendo, vamos basando nuestras vidas en sucedáneos de felicidad que se sostienen, para quien se arriesga a investigarlos, en dudosos y también imperfectos hilos de conformismo.


Imagen: Fragmented Clowns (1961), de Caroline Durieux.

jueves, 9 de octubre de 2008

EL DATO (X)

  • Una de las formas empleadas por la clase media porteña para manifestar astucia o intención picaresca en el discurso consiste en omitir deliberadamente el artículo, y enunciar de modo llano los sustantivos de una enumeración que se cree interesante.


  • Este estilo de expresión es inescindible de cierto acompañamiento gestual.


  • Ejemplo: Ah, no, no sabés lo que era Micaela cuando subió al escenario. La abuela le había hecho un vestidito todo con volados y estaba bien negra mazamorrera, ¿viste?. En el medio del acto había dos o tres diciendo lo que tenían que decir, medio sin gracia ¿viste?, y de pronto entra Mica: carita, por supuesto, toda negra de corcho; TURBANTE así como usaban las negras? blanco blanco; COLLAR enorme, divino, con unas bolas así de vidrio, cristal, algo así; PULSERITA al tono y esperá: BANDEJA de mazamorra EN LA CABEZA y gritando: "mazamorra caliente, no sé qué de los dientes". Cuando entró te juro que todos se quedaron mudos. Pero te digo que yo estaba más nerviosa que ella; ella estaba re pancha; con decirte que a la tarde todavía le digo "Micaela, sacate ya eso, son las cinco de la tarde"; qué te digo que no se quiso cambiar hasta la noche.

    ENCUESTAS CADUCAS DE EFECTO RETARDADO


              Los siguientes son resultados de pequeñas encuestas que efectué personalmente entre estudiantes mayores de 16 años. A pesar de su antigüedad, explican de algún modo nuestro presente.

    Encuesta n°1: ¿Qué es la Madre Patria? (1999)
    Respuestas:

    La Virgen María
    La Patria
    ¿Qué es eso?
    No sabe
    La bandera (“suena a la bandera, tiene que ver”)
    La bandera
    Ni idea. Nada
    Uh, qué sé yo… no tengo idea… ¿Qué es la madre patria…? ¡La bandera! ¿Es la bandera o no?
    Yo qué sé
    La Madre de la Patria
    No sé
    ¿La Madre Patria? No.
    La Patria, el país
    ¿A mí me venís a preguntar esas cosas?
    La bandera
    La Patria
    La Patria, la Bandera
    España (respuesta de un joven coreano)


    Encuesta n° 2: ¿Quién fue el primer presidente argentino? (2001)
    Respuestas:

    ¿Alfonsín? Evita, yo qué sé
    NI IDEA, no me acuerdo
    Cornelio Saavedra
    Rivadavia (1830, la época de la Guerra de la Banda Oriental)
    Ah, no sé
    Bueh… no, no sé
    ¿Con o sin constitución? No me acuerdo ninguna de las dos… Uno fue Rosas, el otro fue el que fusilaron… ¿Dorrego era?
    No sé


    Encuesta n° 3: ¿Cuándo fue presidente San Martín? (2001)
    Respuestas:

    No sabía que había sido presidente
    Paso
    No sé, de historia “cero”
    No sé
    Uy, me mató… no tengo la menor… ponele mil ochocientos… (no, cincuenta fue Rosas); ponele 1830
    Nunca fue: fue de Chile y de Perú
    Yo qué sé
    Ooo, historia, la puta madre… no sé


    Encuesta n° 4: ¿Por qué decimos que el Polo Norte no está en un continente? (2001)
    Respuestas:

    No sé ni lo que es el Polo Norte
    NI IDEA
    Porque es un Polo
    Porque está en los extremos
    Es una masa congelada de hielo
    ¿Por qué?
    No sé
    (Risas)
    Porque al principio cuando estaba todo junto, esa tierra se fue elevando y después se congeló

              Una sencilla excursión por lo circundante nos revelará que, como vaticinó la canción, la mayoría sigue teniendo de estudiante para toda la vida el corazón.

    miércoles, 8 de octubre de 2008

    CON LO QUE SE APRENDE EN EL COLEGIO NO SE COME

              Uno de los síntomas más contrastantes de la decadencia voluntariamente escogida es, en la clase media porteña, el desdén por los signos de puntuación.

              Si bien sus integrantes fueron debidamente instruidos acerca de las oportunidades y pertinencia de estas imprescindibles herramientas de expresión, asistimos vez a vez con impotente desazón a espectáculos desidiosos que, entre las muy corrientes faltas de ortografía, abren paso al abuso de la coma, el olvido del punto, la fiesta orgiástica de los paréntesis y el desuetudo del punto y coma.

              Entre repeticiones propias del habla usual y omisiones deliberadas, los textos de clase media, aun en sus formas más primitivas -por ejemplo, aquellos mensajes que se prenden con imanes de las heladeras- reflejan tanto la simplificación de su concepción universal como la falta de curiosidad y de vocación por aprehender todo aquello que no se produzca o reproduzca en sus aparatos de televisión.

              No obstante, el porteño se ufana de hablar mejor que lo que se habla en las provincias, y se exime de todo castigo por sus liviandades escriturales esgrimiendo razones tales como igual se entiende o al fin y al cabo el mismo Sarmiento escribía con faltas de ortografía. El hombre de clase media cree que existen problemas de más urgente atención que sus propios mecanismos de expresión, reflejos indudables de la pendiente antropológica por él y sus coetáneos construida.

              Cree también que quien ve en estas deficiencias la punta del ovillo de la debacle habla así porque tiene la panza llena.

    martes, 7 de octubre de 2008

    ME INVADEN LOS RECUERDOS

              Mientras las mujeres de clase media ponderan de un hombre que "está bueno", "buenísimo", "bárbaro" o que "está fuerte" o "re-fuerte", las chicas de clase alta y media-alta sostienen que "es muy buen mozo".

              En plena crisis financiera argentina, en marzo o abril de 2002, asistí a una pequeña y despreocupada discusión de damitas -algunas casadas-, que duró más de veinte minutos y que versaba acerca de si Antonio Laje era o no era buen mozo. Las que más dinero tenían concluyeron que sí, y ése fue el consenso general.

              Antonio Laje responde en Argentina al "periodismo de derecha", y es representante de la línea discursiva que pretende que el correcto raciocinio se halla en el seguimiento de la lógica empresarial. Así, los días viernes, junto con otros integrantes de un equipo de opinadores, se presentaba frente a las cámaras vestido casual day, según las nuevas costumbres liberales que los jefes de oficina habían impuesto a sus empleados.

    EL DATO (IX)

    • Cuando la clase media refiere un hecho que cree importante, lo hace utilizando el llamado presente histórico.


    Ejemplo:"Estoy jugando al fútbol con mis hijos Tobías y Tiago en lo que sería el jardín de la casa de unos amigos y de pronto todo se me empieza a dar vueltas, a dar vueltas, y veo que Tiago me dice 'papá, papá'. Yo CAIGO, me DOY la cabeza CONTRA el césped (que en definitiva es eso lo que creo que a la postre es lo que termina SALVÁNDOMÉ la vida), PIERDO el conocimiento... y el primer recuerdo que sigue es el de mi señora en la cama del sanatorio llorando porque después me entero que lo primero que digo cuando vuelvo en sí es dónde están Tobías y Tiago, si están bien. Ahí también es donde me entero que tengo un infarto de miocardio. Severo".

    EXPERIENCIA PERSONAL QUE A NADIE IMPORTA

              Desde 1987 y hasta 2003 tuve una amiga brillante. Me ofreció su amistad hasta que no pudo más. Para entonces, la impasable diferencia cultural entre nosotros (ella venía de terminar con honores otra maestría en Japón), ya había minado nuestra competencia lingüística.
              Cuando otros decían "yo pienso de que...", ella espetaba contundencias como las que siguen, cuya verdad alcanzaba yo algunos años después:


    • La inteligencia no es ni sexy ni rentable.


    • Los jueces actúan corporativamente.


    • El Derecho es un efecto del lenguaje.


    • Aquí estoy, debatiéndome en la medianía.


    • El amor no existe. En último término, si el amor es lo que todos dicen que es, no es algo bueno.


    • Es muy difícil ser hija de un alcohólico. La vergüenza que siente el hijo del alcohólico es intransmisible. Bueno, como cualquier vergüenza, pero ésta se entiende menos.


    • La amistad debe ser incondicional.


    • No hay que divertirse, hay que alegrarse. Esto es esencial, aunque se lo haya escuchado a una monja.

              De las personas que me rodeaban decía, por ejemplo: "Éste es... cosmopolita. ¿Por qué no lo invitás? Qué lindo que es" o "Una sola vez le escuché la voz, cuando atendí tu teléfono. Es un miserable". Con el tiempo, los cosmopolitas se manifestaban realmente cosmopolitas, y los miserables se revelaban como los más adheridos al devenir material, mediocres mercenarios de la ganancia inmediata e intrascendente, pero bien ligada a su proyecto mórbido.

              La vi despreciar a sus padres y reverenciar a los animales; llorar por la canción desarrapada de una vieja enferma de la mente y vituperar a los pequeños propietarios (a un panadero le pidió que "delante de mí y de mis amigos destruya esta torta en mal estado que me vendió").

               Entonces no me parecía tan previsible el hecho de que a todas mis relaciones cayera mal. Muy orondos, creían concluir que no era tan inteligente, que en realidad estaba caliente conmigo.

              En los primeros '90s le preguntó a Omar Viola -que me había aceptado como un trailer de clase media necesario para verla- qué sería "lo parakultural" en el futuro. Viola respondió "la familia"; yo no agarré ni la mitad, y a ella le tomó una risa incontenible. Dos o tres años después, cuando todas las propagandas presentaban padres e hijos, torsos desnudos de madres levantando bebés recién cambiados de pañales y místicas de diversos tonos descerrajadas por actores de primera para abajo, me dijo "¿ahora entendés?"

              Me esperó las seis horas que duró el final escrito de derecho administrativo, en 1990. Imperdonablemente, le dije que estaba cansado y pegué la vuelta.

              Se lo cobró trece años más tarde. Ya devaluado, mi amistad no interesaba a nadie. Entonces, reflejo de mi padre, un cumpleaños me enfrentó con un líder carismático encargado de despreciarme. El muchacho tenía contactos políticos; compañero en su primera maestría, en pocos meses la llevó a la dirección de una compleja repartición ejecutiva, con un sueldo astronómico. Me despreció tanto que el día siguiente tuve que resolver el asunto para siempre, mal que pesara a mi pequeñez.

              Y bueno, ahora estas líneas que tampoco a nadie importan.

    jueves, 2 de octubre de 2008

    COMPARACIÓN ENTRE EL NOKIA MÁS BARATO Y EL I-PHONE

              Haga clic en la imagen y observará con mayor nitidez las reales diferencias entre celulares despreciados por la clase media y los más deseados comunicadores tecnológicos, reflejo del avance de este estamento sobre el muy valorado universo electrodoméstico.
    (Fuente: www.subdivx.com, foro)



              El mundo fue y será una porquería, ya lo sé; en el 506, y en el 2000 también. Aunque siempre está la sonrisita de tu hijo que cuando me mira te juro que me puede. Antes era la sonrisa de mamá; no sé qué fue lo que cambió. Pero las diferencias son notables.