miércoles, 29 de octubre de 2008

SI LOS PUEBLOS NO SE ILUSTRAN



          Clarín es la clase media, crea y modela los comportamientos de la clase media victimizándola desde sus frentes más vulnerables: hábitos de consumo, estándares de apreciación, legitimación de las relaciones cuentapropistas o en relación de dependencia, valoración del automóvil, mística de la familia que trabaja, come y tiene un techo y muchos otros.

          Habla como los decadentes que lo compran, generando así una retroalimentación viciosa que reduce la percepción de las cosas del mundo y del mundo de las cosas. Promueve, además, el despliegue de una jerga alejadísima aun de los claustros primarios y secundarios, que los leyentes han adquirido antes como código de pertenencia, lo mismo que sucede con el habla delictiva o policial, que se adquieren antes de delinquir.

          En esta oportunidad, sostiene que las Bolsas (con ¡mayúscula! como cuando el lego escribe "ayer fui al Doctor") subieron "fuerte" (palabra que no denota fuerza, sino cantidad, aunque halla su origen en la locución andar fuerte referida a la velocidad del automóvil). Sin embargo, "acá" (¿dónde?) el dolar "tocó" (¿qué?) $ (enorme) 3,36.

          Para que la clase media tolere esta noticia que prenuncia una segura catástrofe electrodoméstica e hipotecaria, la ha rodeado de buenas nuevas: hacia arriba, se sostiene que los mercados mundiales se han "aliviado"; a la derecha, nada menos que Diego Maradona DT ("Director Técnico", y siglas de un juego masivo que promueve el periódico al que se ha aficionado el noventa por ciento de la clase media) de la Selección Nacional de Fútbol (sí, mayúsculas, pues el flamante cuerpo dirigencial pertenece ahora a una generación campeona del Mundo). Hacia abajo, una escritora aficionada arquetípica a la que el diario ha laureado con un premio nacional de novela: su obra ganadora se titula "Perder" (paradojas de la vida de todos los días) y su argumento desanda las desventuras del dolor de una madre que perdió a su hijo. Por lo demás, la presidenta (Cristina, como las cercanías vecinales) acaba de elogiar, según el horroroso santo y seña del estamento, la acción policial, en desmedro de la amnesia y despreocupación de los jueces que dejan a todos los chorros y asesinos sueltos.


          Si los pueblos no se ilustran -predijo Mariano Moreno-, si no se vulgarizan sus derechos, si cada hombre no conoce lo que vale, lo que puede y lo que se le debe, nuevas frustraciones sucederán a las antiguas; y después de vacilar algún tiempo entre mil incertidumbres, será tal vez nuestra suerte mudar de tiranos... sin destruir la tiranía.

          Hoy la tiranía son ellos, los lectores, los que nos rodean. Nada menos que el prójimo.

No hay comentarios.: