- Uno de los signos más evidentes de la mediocridad de un músico que ha tenido alguna formación académica es la alteración voluntaria de los tiempos de ejecución de los sonidos.
- Generalmente esta deformación se perpetra en demostraciones "solistas" de sólo fragmentos, exteriorizados con pretendido sentido didáctico.
- Ello importa las más de las veces, de parte del limitado instrumentista, una exaltación del valor de la música como fenómeno de la existencia en general y una clara subestimación del oyente, a quien suele considerar de insuficiente capacidad para captar lo que él cree determinar como una esencia.
- Esta medianía intrascendente suele manifestarse plenamente al ejecutarse la "obra" de principio a fin y muy especialmente junto a otros músicos, lapso en el cual todos ellos compensarán sus talentos por el despliegue de movimientos de carácter espasmódico a los que asignarán tácitamente virtualidad mística.
domingo, 15 de febrero de 2009
EL DATO (XVIII)
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El dato
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