¡Ah, los estragos del plagio, gracia de los indotados, atajo de almas desposeídas, casa de la intrascendencia, campo en el que retoza la ceguera saturada de astucia y exenta de virtud!
Ismael Serrano (Serrat - ¡No!, claro que no), juglar de la clase media internacional -que cada diez años asigna nombres idénticos a todos los hijos- ha perpetrado este indecoroso y astillado espejo de la dulce trova del británico, para solaz del devenir hormonal de más de una de esas mujeres en cuya cosmovisión se igualan amor y sexo, o según las cuales amor sin sexo es nada.
Que todo ente es sólo idéntico a sí mismo es principio incontestable de la lógica clásica. Pero a no negarse que el bochornoso engendro Eres es a Shape of my heart lo que el esforzado mamarracho del niño regalón y desprovisto es a Fra Angelico o a cualesquiera de los paisajes de Friedrich. Quien lo prefiera, sin dudas habla de sí.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario