martes, 25 de marzo de 2008

UNA CLASIFICACIÓN DE LAS PERSONAS


En la rígida cosmovisión de mi madre, las personas son:

a.- Según su jerarquía intrínseca:


a.1) Mi padre.
a.2) Los demás.


Sin embargo, y tal vez por imperativo inconsciente, informa también la peculiar óptica de mi madre una categoría intermedia, en la que se agrupan semovientes ocasionales a quienes mi padre adjudica ventura clasificatoria. De este modo, no es improbable que un animal (por caso, el perro o el canario de la casa) adquiera mayor relevancia axiológica que un ser humano (v. g., el sodero, un indigente, un negro, el Presidente de la Nación, alguien que toca el timbre). Quienes militan en estas dos aguas no gozan los beneficios de la estabilidad: tanto es posible que permanezcan precariamente en ellas como que pasen a revestir los cuadros de la categoría a.2), o aun ubicarse más allá, donde el vacío es horror. Tal movilidad va sujeta a los avatares de la consideración o del olvido de mi padre, en el primer caso; o a los de su denuesto o menosprecio, en el segundo, exteriorizado en diatribas domésticas que hasta pueden adoptar la forma monosilábica.


b.- Según sus propiedades sensibles:

b.1) Lindas: Son aquellas que observan rasgos de notable belleza. Esta determinación es sólo en apariencia subjetiva, y conforma sino la única manifestación de pensamiento verdaderamente social de mi madre: quienes canalizan por ella resultan lindos a todo el mundo.

b.2) Feas: Por exclusión, sufren este estigma todos cuyas implicancias higiénicas no otorgan mérito para el encuadramiento bajo la especie b.1).
Los grados superlativos de este ámbito son:

b.2.1.-El Monstruo: Es toda persona que, en razón de la intensidad o marcada tendencia de sus elementos taxonómicos, o de la acumulación de éstos, provoca a mi madre rictus de repulsión.

b.2.2.-El Deformado: Es el Monstruo que presenta asimetrías o desviaciones en su conformación anatómica.


Cabe consignar que los ítems de este tópico no revisten carácter escalafonario como los del anterior. Esta omisión abre ciertos amagos de discrepancias que mi padre y mi madre toman en solfa desde antes del cortejo de la mesa, del mismo modo que lo consideran parte de un pertinente dispendio originado en la esencia misma del connubio. El propio Estado, incluso, prohíja el débito conyugal.


c.- Según su actitud en el comercio:

c.1) Caros: Corresponde a quienes expenden mercaderías a precios que los evidencian imposibles de rotular bajo la forma siguiente.

c.2) Baratos: Son quienes venden a menor precio que los Caros, global o barrialmente considerados, según la concepción de espacio que se comulgue al momento de iniciarse la declamación. Así: Ese verdulero de acá a la vuelta es barato.

La circularidad de la definición obedece al siempre naufragante devenir económico argentino, que corrompe el mercadeo y deviene en conductas alcistas de frecuencia irregular e imprevisible, todo lo cual torna ineficaz cualquier vocación de permanencia en el tiempo de estos determinismos.
Esta categoría puede superponerse a cualesquiera de las anteriores –a salvo la designada a.1)- y no presenta necesaria relación con la calidad del producto ofrecido a la venta.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

lo unico q me resta por decir es ..pobre su madre........

Anónimo dijo...

Gracias, en nombre de mi madre, que no apreciará tanto su condolencia como si la hubiera dicho mi padre