lunes, 2 de marzo de 2009

SIEMPRE

          ...reivindicaciones disfónicas que hacían que yo también quedara mirándote, torciendo el gesto hacia la risa adolescente, escondiéndome a las consecuencias más lacerantes de tus ajetreos de mujer servida, de tu pertinencia más instalada, y entonces era solamente un hombre ridiculizado por una desnudez inabordable que ya me tuvo y que ahora se iba enroscada en guirnaldas vencidas de horrores tácitos, la estela de presencias enclavada en todos los aires, esa mirada de ya te lo dije tan tuya, de no lo compliques más, mientras notaba en cuanta piel que no te importaba y en el arqueo repentino de tus cejas algo que tu soberbia todavía no alcanzaba a potenciar para que me hiriera; sin otra aclaración sabías con inconcebible certeza la superación de todas mis virtudes y callabas como una soberana que ya dijo todo, deteniéndote en medio de la camisa para avergonzar con tu simetría efímera y persistente de mujer en serio, más que mi hombría, que mi estirpe grotesca de caballero de la noche apócrifo.

          Ya sé que no, que ninguna de mis imprecaciones lacrimosas te mella, que serás siempre, siempre, aunque estés muerta ahora y sólo haya este aire y tu renuncia y la mía.

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