-Sí, quisiéramos dos porciones de cheese cake, por favor.
-¿Eh?
-Dos porciones de cheese cake y dos cafés, por favor.
-Perdoname, no te entiendo.
(Señalando la vitrina en la que se exhiben las tortas) -Dos porciones de esa torta que está ahí.
-¿Cuál, decís?
-La blanca que tiene gelatina de frutilla arriba.
(El mozo, señalando una torta distinta de la que le indicábamos) -¿Ésta?
-No, mire, es la que está a la derecha.
-...
-La blanca gorda que tiene una cosa roja arriba, fijate, la que está al lado de la marrón.
-La Selva Negra.
-Claro, yo te decía dos porciones de ésa que está al lado de la Selva Negra.
-Ah... es lái ésa.
-Mejor... dos porciones de esa torta, entonces.
-¿Y los cafés también?
-Sí, sí, dos porciones de cheese cake y dos cafés.
(El mozo se retira en silencio. En sus facciones amanece la contradicción, la desidia, la intolerancia, el fastidio y otras emergencias sintomáticas de sensaciones ásperas que nunca llegaremos a conocer, pero que sospechamos serán el cimiento de una desazón muy profunda).
2 comentarios:
La confusión va a seguir mientras le llamen Cheese Cake a una torta que no tiene queso.
En efecto, Zardoz, una confusión cotidiana. Probablemente, en cuanto comiencen a incluir queso en la preparación de la cheese cake, también le llamen cheese cake. Nos enfrentamos al dilema de las categorías que se incluyen a sí mismas.
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