miércoles, 19 de noviembre de 2008

UTOPÍA PARA PRINCIPIANTES

          Se podrá decir lo que se quiera acerca de la efectividad de las ideas anarquistas. Lo que no se puede negar es el tesón de sus bardos, la exquisita prédica en el desierto, la pasión pseudo-científica que los llevó a morir bajo las balas policiales sin que a nadie le interesara un pito.

          Van aquí unas coplas de principios del siglo XX, compiladas en un disco de vinilo de esos a los que se animaba Héctor Alterio hace cuarenta años:


Soy un nuevo payador
del territorio argentino
y voy buscando el camino
de nueva felicidad.

Solamente la verdad
es el arpa que yo entono
y con mi canto pregono
el sol de la libertad.

Abajo los usureros,
mueran todos los rentistas,
todos los capitalistas
y la religión impía

que ya se aproxima el día
de la paz universal
y del concierto social
bajo el sol de la anarquía.

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