sábado, 18 de julio de 2009

NON FACIT EBRIETAS VITIA, SED PROTRAHIT


          Al parecer, mi abuelo habría sido un bebedor consuetudinario. Quizás impulsado por las nubes de su afición lo escuché afirmar, además, que si se unieran por las puntas los cigarrillos que había fumado desde los nueve años, la fila daría varias veces la vuelta al mundo. Alguna vez, heréticamente, corregí el cálculo: la hipotética línea no superaría los 60 km, pero toda la familia desechó mi aritmética a favor de la mentira que sostenían sus miembros mayores como código de pertenencia.

          Además de despertar la ira y la vergüenza de sus hijos -que se esforzaron en edificar negocios y percibir las rentas que las desvirtudes de su padre les habían negado, y por ello en las reuniones anteponían cierta gratitud obligatoria- la conducta de embriagarse o de llegar ebrio a la casa exasperaba a mi abuela, quien no dudaba en desenvolver su más acendrado autoritarismo durante los episodios de beodez, a través de la reivindicación enojosa y de la devolución áspera de cualquier requerimiento de los niños.

          La costumbre de beber fue seguida por el hijo menor, quien, además, adquirió afición por el regusto posterior a la ilegalidad; a otro de la prole le motivó el permanente deseo de huir, de modo que en cada lugar donde se asentaba precariamente, lo acompañaba el temor de aquella soledad que había conocido durante las noches de ausencia del padre; a otro le impidió moderar la tendencia a la bebida de su propio hijo, treinta años más tarde.

          A mi padre, en cambio, le acentuó la psicopatía: desplazado el tutor de su superyó, construyó una moral propia a través de la épica de sus recuerdos de desamparo, y diluyó toda su capacidad de culpa en las lágrimas que veía ensayar a su madre, luego de que el sueño del borracho diera por borda con la efectividad de los insultos nocturnos que le enrostraba.

3 comentarios:

Casandro dijo...

Aunque el texto describa cierta circularidad, no encontrará Vd. en su comentario la cuadratura que predica. Procure Vd. mejorar sus argumentos. Un abrazo.

Dieguite dijo...

DOC!!! Te leen hasta en la CHINA!!!!!

Yo no estaba ekivocado... usted es un genio y este Blog es de LECTURA UNIVERSAL.

AGUANTE EL MANDARIN.

Casandro dijo...

Como dice Juan Ramón Jiménez: "le gustan las naranjas mandarinas". Yo no soy un genio, soy pequeño, peludo y suave.
Gracias, amigo, su constancia me edifica.