domingo, 7 de diciembre de 2008

RESIDUOS PATOGÉNICOS



          Recostado en un sillón, como corresponde a un vago de mierda, impulso disquisiciones sobre cuestiones a las que sólo yo encuentro gusto y trascendencia frente a mi padre, quien, vestido con harapos, hace trabajos de albañilería en el baño de una casa que él ha construido desde los cimientos. No le interesa nada de lo que digo. Trabaja seriamente, pensando que soy un inútil. Lo acompaña un tío dueño de un despacho de comercio exterior, que ha sido entrevistado por una asociación de profesionales. Hablo con él, tío, leí la nota. Intento explicarle que los que transcribieron el reportaje cometieron algún error de organización del espacio o de diseño de la presentación. De malas maneras, mientras se decide a sumarse a las tareas que realiza mi padre, contesta: "¿en qué te parece que está mal?" Inmediatamente adopta iguales harapos y comienza a ayudarlo, por ejemplo midiendo la altura desde el piso hasta un punto de la pared contigua a la puerta del baño.

          Alcanzo entonces plena conciencia acerca de que mi padre me ha despreciado desde que nací, y de que conocía esa realidad aun antes de haber comenzado a soñar.

          Despierto por el sonido de un teléfono, que atiendo con temor. Mientras hablo, supongo que la recreación mental que no me ha permitido descansar tiene relación con el hecho de que he pasado toda la noche redactando escritos para una abogada amiga, y que mi padre me ha conferido el mandato de fracasar en cualquier cosa que emprenda, pues ninguno de mis productos alcanza el valor de reparar el baño de una casa.

3 comentarios:

Druida del Sur dijo...

forro , te visito y no me visitas a mi

vos no tenes codigos!!!

gracias
por el tango del PUNGAA

la muerte del Punga....

el resto Safa...es un blog.. !!!

Pasate y sorprendete
de la mierda pasada
porque ya esta todo abandonado!

Casandro dijo...

Druid, tiene Ud. razón. No merezco su perdón. de hecho, no me perdone Ud.

Casandro dijo...

Druid, tiene Ud. razón. No merezco su perdón. de hecho, no me perdone Ud.