martes, 14 de abril de 2009

YO, CLAUDI

          Más o menos es así: la tarea de mi padre, que es un psicópata profundo, todavía no ha concluido. Despreció mi inteligencia y minó mi voluntad. Cuando me di cuenta, me fui de todos lados. Mis hermanos no tomaron participación en el asunto, porque en el orden psicopático impuesto por mi padre, ellos obtenían ciertos beneficios relativos (por ejemplo, no ser llamados "enfermos" como yo). Mi madre asume un rol excesivamente pasivo, porque también fue beneficiada: de niña no la quisieron, y mi padre le hace el amor. De niña era pobre, y ahora es de clase media gracias a mi padre. De niña, dice, no le compraban bombachas, y ahora las tiene gracias a mi padre.

          Pero me quedé sin dinero, y ahora debo volver al lugar en donde presumiblemente esté la fuente de sustento, quizás a encontrarme casualmente con aquella pléyade disfuncional. Mi familia no ha cumplido la función que debía cumplir, no me ha protegido. Mi padre me enseñó durante toda la infancia, la adolescencia y la juventud, que yo "no sirvo para nada". Hoy me cuesta todo el décuple que a los demás; amar inclusive. El silencio de los otros miembros de mi familia ha cimentado el estatus con el que fui forjado. Durante mi ausencia, mi padre ha continuado vituperándome frente al resto de los integrantes de la familia, que permanecía callada y aceptando la voz del psicópata.

          Ahora claudico, voy otra vez al muere porque tengo que conseguir dinero para comer. Ojalá me muera en el camino.

4 comentarios:

Dieguite dijo...

Espero, al igual k unos pocos pero sinceros k me acompañan, k la muerte se lleve tan solo las palabras.

Lamentablemente si, el dinero es una necesidad; por suerte escribir, todavia es un privilegio.

Casandro dijo...

Incomparable Dieguite: si la muerte se lleva sólo las palabras, queda el cantor que calla, sin poder cantar.
Que se vaya el cantor.

Stinguido dijo...

Quizás peque de soberbia, pero ojalá logres una equidad merecida entre veneno y antídoto. Puedo asegurar que somos más que varios los que intentaremos lograr la combinación necesaria para contrarrestar los efectos adversos de tu venida...
A pesar de todo, y esta vez pecando de egoísta, no sabes que contento me pones....

Casandro dijo...

Amigo Stinguido: Comparto su alegría, pues yo también podré encontrarme con quienes me hicieron bien.
En cuanto a aquella equidad que Vd. preconiza... qué bueno si no hubiese que buscarla. Pues el antídoto es necesario sólo porque existe el veneno.
Yo, tristemente -en tanto resulta imposible- propugno un devenir sin males ni contramales, sin hechizos ni desencantamientos, sin Hades ni Hados.
Es decir, sin necesidad de equilibrios.
Gracias por su aporte.