domingo, 13 de julio de 2008

EL RÚSTICO



Pero cuando abuelita deslizó la primera lágrima después de un re mi fa desarrapado y elemental padre tomó una inesperada inquina por el piano de la casa, y desde entonces y hasta que dejamos de estudiar para noviar apáticamente o agachar la cabeza en los empleos de gloriada iniciación reivindicó sanguinariamente el ingreso a la casa chorizo del instrumento, producto de erogaciones inmerecidas, de remesas naturales del ahorro que se habían diluido en vocaciones precoces de vagos sentados todo el día, de hombres de culo aplastado y sucio a los que madre debía fregar los calzoncillos cagados, de pedigüeños de toda solicitud cuyos músculos se acallaban por la molicie de la servidumbre pasiva, como madre nos servía mientras desgranábamos páginas de estudio Czerny que no eran cumparsitas ni pañuelitos blancos; vení a comer, vení que ya está la comida, lavate las manos y después sentate a comer.

Y había días que padre se arrimaba a la mole vertical de diez mil pesos y garrapateaba como podía serenatas de la menor y mi re menor sol, lo de ustedes no se entiende nada, estoy pagando lecciones hace dos años y ninguno me toca los muchachos de antes, ustedes ejecutan la fría página del pentagrama y abuelita lo hacía callar y entonces qué te metés, qué te importa lo que les digo a mis hijos, a ver cuándo a vos se te ocurrió comprarnos un piano, cuando carajo se te dio por que supiéramos algo; en aquella época sabés que si hubiera podido pero qué vas a poder, vivíamos día por día porque tu padre pero bien podrías haber pero no; cómo has cambiado, la que no cambió jamás tenelo por seguro sos vos, mejor, andate, y a ustedes ya les dije que se lavaran las manos y se sentaran y otra vez los ladrillos en el estómago, las culpas transgénicas, el sacrificio de todos los primogénitos para no morir en la terrible melodía del desamor, como muertas están estas vocaciones dilapidadas por mi solo imperio y gana, borrón cargado de reacciones precámbricas que anuló las semifusas para siempre y dejó para otros la captación cálida de la esencia, porque a la mía no la han querido, y así me he acogido al morbo de saturar de impiedades y torpezas el hueco en donde de niño mataron mi capacidad de amar.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Una vez mas, me pongo en la piel del muchacho que me enseña la otra cara de la moneda...que es aun mucho peor que la cara que conocia...
Solo me consuela la fortaleza que ha tenido para sobrevivir y la luz amorosa que lo hizo vivir, ya que con semejante maltrato podria haber sido, trankilamente,un suicida...
Otra vez kisiera darte el abrazo ke contiene todo el amor ke te negaron...mi kerido de ojos transparentes...toda esa conciencia, esa luz, y ese sentido de la justicia...solo persisten en ti por un hermoso amor que es solo tuyo.

Casandro dijo...

Ay ay ay me dan ganas de llorar delante de ti, Veripitilipina.