domingo, 20 de septiembre de 2009

DÉBORA PÉREZ VOLPIN, LA MUJER QUE DUERME CON UD.


          Una de las formas en que los medios se acercan a la gente es haciéndose eco de los problemas y vicisitudes de la vida cotidiana, a fin de que, a través de una identificación (aunque mentirosa) con el receptor del mensaje, se logre una mancomunión de voluntades que eterniza el "ida y vuelta" comunicacional y, a la vez, cierre el propósito empresario.

          Este reconocimiento amigable del estado del otro por parte del órgano creador de realidad a veces asume formas grotescas, como en el caso que hoy nos toca comentar.

          Todas las mañanas de los días "laborables", Débora Pérez Volpin conduce el programa de noticias que los habitantes de Buenos Aires que tienen trabajo ven mientras desayunan. En él se repite varias veces el pronóstico de la jornada -el meteorólogo es una de las estrellas de la emisión-, también varias veces se da cuenta del estado del tránsito en las principales avenidas de la ciudad y se legitiman minuto a minuto los diez o doce principios que la clase media quiere estables para que su vida no entre en pánico.


          Con un fondo de vida cotidiana (el estudio deja ver detrás de la escena periodística un nudo de autopista y algunos edificios porteños, aquellos en los que usted también vive), la mujer, vestida y maquillada de clase media, deja también entrever, salvando su belleza estándar de fémina común y silvestre -como su señora-, algún resabio de maternidad, sea en la sospechada flaccidez de sus mamas, sea en algunas formaciones adiposas que se escapan del talle. Débora presenta en todo mometo una apostura y a la vez una firme disposición frente a los hechos convencionales de la vida, legitimantes de lo que usted está haciendo en este momento que, sumadas ambas a su target de empleada de rango aceptada por la oficialidad, dan sustancia y cuerpo al estatus de normalidad aprobado por nuestras políticas de control social. La clase media se refleja en la imagen y en el modo de conducir de la periodista.


          Todos los sistemas de control social son complejos y se desarrollan en la clandestinidad; suponen el cercenamiento de derechos en contra de la voluntad de aquellos a quienes se dirige y siempre tienden a producir una herida, en el sentido de sacrificar costumbres en pos de la consecución de un estilo de vida fácilmente abarcable por el poder.

          Pero el caso de la elección de Débora Pérez Volpin nos muestra precisamente todo lo contrario. El canal por el que se emite el noticiero prácticamente no tiene que hacer nada para lograr una identificación plena entre el espectador y la conductora, que no habla muy distinto de todas las demás ni demuestra una cultura superior, ni posee un manejo del lenguaje más hábil que el que tendría un interlocutor cualquiera en una charla cualquiera.

          Entonces me pregunté: ¿por qué Débora Pérez Volpin es funcional a esta forma de control social? ¿Por qué "Arriba Argentinos", el programa que conduce de 7 a 9:30 de la mañana es el elegido por quienes, minutos después, deberán afrontar la tortura del subterráneo y la molicie de las oficinas porteñas, esto es, trabajadores algo calificados que, si bien han desdeñado la cultura desde hace varias décadas, tampoco toleran la ausencia de "preparación" en un profesional?


          Y la respuesta surgió en seguida: Débora Pérez Volpin tiene cara de dormida, y eso es lo que atrae a los televidentes del horario de la primera mañana. No es el contenido lo que busca la clase media; fruto de su indiscutido egoísmo, busca la identificación plena con su aquí y ahora. A la clase media no le interesan más que las cosas que pasan todos los días -de hecho, por algo cambió la biblioteca por un televisor más en cada habitación-. Débora se las dice con la misma firmeza y decisión que cuando el ama de casa reclama uno o dos pesos frente a la cajera de un supermercado. No claudica ante las injusticias nimias de todos los días -por caso, el aumento de las tarifas de gas o electricidad-, mirando firmemente la cámara del mismo modo que la clase media mira con insistencia de justo reclamante a quien ha cometido un desatino que debe ser castigado de forma ejemplar. Se alegra de lo que usted se alegra y se queja de las cosas que a Ud. le parece que hay que quejarse, cómo no.


          Pero, además, todo ello lo hace con la misma cara de dormido que Ud. está teniendo en este momento. Es más, un segmento del programa está dedicado a que Débora le quite la modorra y lo estimule para afrontar la jornada: en él, un primerísimo primer plano de su rostro de morfina lo insta a que vamos, ya sabemos cómo son las cosas, ¿por qué mejor no nos levantamos, eh, tomamos el cafecito, eh, que está rico... y bué, nos vamos a trabajar, como todos los días...? Vamos, vamos, arriba, sin quejarnos, vamos a sacar las sábanas y a salir a la vida..."

          Así la clase media, que ya viene sabiendo que a la tarde quizás llueva y a la noche despejará para dar paso al buen tiempo de mañana; que se siente a salvo porque el atraco del día sucedió a muchos kilómetros; que afirma su legalidad al conocer las ilegalidades de los demás y que participa de la decepción colectiva sobre hechos más o menos catalogados como decepcionantes en el imaginario, reforzará el sentido de todo esto porque quien se lo transmitió está tan dormida como cada uno de los telespectadores, pero ha puesto el mismo esfuerzo que ellos al servicio de la creación de plusvalía.

          Cada vez que digo este tipo de cosas, cada ocasión en la que tengo oportunidad de hacer notar que no es casual que uno de los canales de televisión que más ve la clase media hay una mujer con rictus de dormida que legitima las conductas colectivas y que esto es una forma a la vez de captación de voluntades decaídas y de control social, me dicen que estoy loco, o no me dicen nada, o me dicen cosas como "bueno, dale, tomate el café".

8 comentarios:

Dieguite dijo...

Sabe k nunca habia pensando en eso.. digo, en la cara de dormida? Siempre pense en la situacion... factura, medialunas.. onda, estamos desayunando con vos, pero te leemos las noticias de internet sin k te conectes... O alguna gilada asi. El del pronostico... lo repite cada 5 minutos, como intentando captar los k se levantan 6 y 30, 6 y 35, 6 y 40, etc, etc...... Nada... k se yo. Tambien esta el caso de Sergio Lapegue... AMIGOS!!! Todas las noches te acompaña a dormir, como si fuera tu mama k te esta contando un cuento a los 6 años, k se yo, no me cae mal, al contrario, me parece simpatico... pero no lo veo. Debora me encanta, pero ni en pedo la veo en un noticiero, y menos a esa hora. Yo la pondria en el canal de Utilisima!!! Nada... una conclusion de su amigo a las 9 y 25, justo antes k Debora termine su programa!

Abrazo Grande Doc!

Casandro dijo...

Son las "telepantallas" de Orwell, el "mundo feliz" de Huxley; quien no se deja arrullar por el telemensaje, quien no prueba la Ginebra de la Victoria, queda afuera.
Pero acá se respira un aire tan lindo... por decir algo banal.
Gracias Dieguite, ya le dije alguna vez que su constancia me edifica.

Tourino dijo...

Felicitaciones por el análisis. Dejo una opinión: me molesta de ese noticiero, y de otros, que le den tanta relevancia al clima y que vivan atemorizados por el estado del tránsito. De hecho, transmiten las protestas según el grado de "caos" que generan; salvo que los que reclaman sean afines a la línea editorial de la compañía mediática.
Ese noticiero es lo más parecido a Orwell, The Truman Show, Gran Hermano...

Casandro dijo...

Amigo artemio, es Vd. más lúcido que yo.
Hace tiempo, en vida del Sr. Ramón Andino, ya había notado esa flexibilidad de rictus que tendía a compenetrar al espectador con el tenor de la noticia. Aquellas que describían, por ejemplo, crueldades o gran cantidad de muertos, o tan sólo un niño desgraciado -por ejemplo, por una bala perdida-, merecían del locutor una mirada de compasión, conmiseración, piedad, etc. Los deportes siempre le despertaban sonrisas, y así.
Yo estoy algo paranoico y creo, sin dudas, que todo esto tiene que ver con el control social.
Le agradezco su comentario, vuelva Vd. por acá cuando guste.

Anónimo dijo...

Ojala fuera asi...eso de dormir ejem...pero sin broma es la periodista mas hermosa que vi en todos mis años..!!y esos gestos en la mirada son verdaderamente sexis, cuando me levanto es lo primero que veo a la sra debora perez lastima que tenga ese otro apellido (volpi) muchos exitos y sigan asi!! aunque tenga que ver tambien a el sr marcelo bonelli.

Anónimo dijo...

es hermoso verla todas las mañanas,dormida o levantada me levanta el animo de la mañana esta barbara

Anónimo dijo...

Siga asi sra tan hermosa como siempre el eternamente enamorado de sus ojos y sus miradas tan particulares...!!
tambien quiero decir que aunque la sra perez....no duerma conmigo snif snif...me alegra en demasia mis mañanas GRACIASSSSS.

Anónimo dijo...

A MI ME LEVANTA MUCHO MAS Q DE LA CAMA , ESTA MINA ME TIENE LOCO ES HERMOSA, PERFECTA, SI ME DIERA BOLA ME LA COJERIA TODO EL DIA, TODOS LOS DIAS...AAAA DEBI